LA MALETA DEL EMIGRANTE

Hace tiempo que buscaba una maleta de madera como esas que llevaban los emigrantes y al fin me he decidido por esta de madera .  Parece que cada maleta cuenta una historia, lástima que la mía tenía casi desaparecidas las pegatinas de equipaje, así que tendré que hacerme con unas.       

La madera es nogal y chapa de pino por dentro, así que me decanto por un acabado natural . Después de lijar voy a teñir con una mano suave de nogalina para unificar la madera envejecida y voy a terminar con cera. Los herrajes los he limpiado y les he dado una pátina de latón, también he añadido unas cantoneras y unas antiguas pegatinas de hotel. Por dentro la he forrado en papel haciendo pachtword en tonos muy cálidos.

Estas maletas evidentemente no son muy prácticas para viajar, pero merece la pena recuperarlas por su potencial decorativo, en grupos de dos o tres pueden servir de mesilla o mueble auxiliar, además de servir de  almacenaje. Veamos este ejemplo de Victoria Pearson.

UN ESCABEL A MEDIDA

En ocasiones es difícil de encontrar un escabel que se ajuste a las medidas de nuestra sala, o a la altura que necesitan nuestras piernas o simplemente no aparece con  tapizado que case bien con nuestros sofas, como fué el caso de una amiga, que me encargó uno a medida. Apartir de un tablero de fibras (son muy resistentes) cortado a la medida deseada , unas patas que venden en tiendas de bricolaje y que se pueden acabar como uno quiera ( en este caso color wengé) y una tapicería a capricho hemos realizado uno, que espero disfrute mi amiga.

MÁS SILLAS DESCALZADORAS

Esta silla es la gemela de la anterior, son  practicamente iguales, pero no del todo, pues sabéis que los muebles hechos de forma artesana, a diferencia de los industriales, son únicos y nunca una pieza sale exactamente igual a la anterior. Esta vez me la han pedido en un blanco crema (igual que el resto de los muebles de la habitación), la he gastado un poquito para que coja ese aire shabby chic que tanto me gusta. Tras cambiar los rellenos (eran de estopa como es propio de las sillas antiguas) la voy a tapizar en unas rayitas preciosas que ya empleé en otra ocasión y casan a la perfección con el estampado floral de las cortinas de mi cliente a la vez que le ayuda a romper y dar dinamismo a la decoración del dormitorio.                    

SEGUIMOS CON LAS MESAS AÑOS 50

Otra amiga me ha traído otra de estas mesas redondas que apunto iba a ser quemada. Es haya y se encuentra muy deteriorada como podeis ver. Ante todo hay que desparasitarla (aunque aquí la carcoma ya no tiene mucho que comer, pues no le gusta ni la madera muy nueva ni muy vieja) y luego consolidar algunas zonas que han quedado muy frágiles, para ello hay productos específicos que endurecen la madera debilitada.

Despues de muchas tardes tapando agujeros y lijando dejo la madera preparada para recibir el esmalte blanco crema que la va transformar, luego voy gastando los cantos y resaltando las tallas de madera que son preciosas, finalmente remato con cera que da un brillo satinado muy bonito.

 No es un mueble muy antiguo, quizas 40 o 50 años pero con el papel que le escogido para el sobre queda precioso y lleno de luz, ahora sólo falta encargar un cristal que la cubra y que mi amiga la disfrute.

UNAS SILLAS TIPO INGLÉS

Me han encargado actualizar estas sillas tipo inglés, nada más verlas me han parecido preciosas, me las imaginé claritas y vestidas con un estampado floral rodeando una mesa de madera color roble natural y el pie blanco. Sólo son cuatro, pero no puede ser muy difícil encontrar otras dos con brazos , que sin ser iguales le casen dándoles el mismo acabado y coordinado el tapizado de flores con otro de rayas.
  Para tapar las grapas he sustituido el clásico pasamanería por un doble vivo en la misma tela que en este caso me parecía que iba mejor. También subí la linea donde termina el tapiz para conseguir unas proporciones más armónicas y suavicé más los ángulos al cambiar las espumas. Me gusta el resultado, pronto publicaré el resto terminadas y acompañadas de una bonita vitrina antigua.

UN MUEBLE CON AIRE ORIENTAL

Una amiga me trajo un mueble extrañísimo.

Se compone de dos partes, las patas independientes del cuerpo y en castaño macizo con buena factura, y el cuerpo en chapa de castaño lleno de injertos por doquier. Por dentro estaba tapizado en capitoné de terciopelo rojo, nos preguntamos con mucha curiosidad a que uso estaría destinado, quien sabe mueble bar, sacristía de una iglesia, ... El caso es que la estructura del mueble trae  a la mente imágenes orientales y ahí me centré.

Retiré herrajes, terciopelos, y la trasera que daba asco. Retiré toda la pintura vieja, restos  de barniz e insistí con los residuos de las anilinas que se emplearon para teñir la madera pues tienden a aflorar sobre las nuevas capas de pintura. El interior lo forré con un papel precioso de pequeños motivos orientales

Lo pinté con laca al agua blanco roto y el sobre lo teñí de color wengé , tras gastar los cantos le di un acabado en cera transparente que deja un brillo satinado muy bonito. Para el frente escogí una reproducción en papel de arroz de una acuarela japonesa antigua que abarca las puertas y en cajón, la protegí con barniz de poliuretano y tras montar todo con herrajes y tirador nuevo este es el resultado, un mueble absolutamente renovado .