UNA DOCENA DE SILLAS

 En el rastro se han adquirido doce sillas como esta, se encuentran en muy buen estado, tan solo repasar el barniz y cambiar las tapicerías. Las cinchas están un poco vencidas , las voy a sustituir por unas nuevas al igual que las espumas. Son para dos clientes, seis las voy a barnizar en en color nogal y tapizar a rayas beige y pardo verdoso, y las otras seis en caoba y tapizadas en rayas muy claritas, pues mis clientes quieren unas sillas muy clásicas.

BANCOS PARA EL JARDÍN

Con restos de piedra (adoquín, placas de pizarra,...) o maderas (troncos, madera sin desbastar,...) se pueden realizar complementos para el jardín como estos bancos, que a mi marido no le convencen pero yo encuentro preciosos. Espero que os gusten.

REPETIMOS CON SILLAS DESCALZADORAS

En vista del éxito de la silla descalzadora seguimos con ellas . Vamos a intentar darle un poco de luz a esta otra, también de castaño y con la madera muy ajada. Mi cliente quiere que la tapicé en tonos azules, he encontrado una cretona de con un estampado azul muy lavado, que puede quedar precioso si dejamos la madera al natural aclarándole bien el tono y metiendo cera blanca en la veta, para terminar todo con cera transparente.
 Como veis se consigue una silla llena de luz  y muy sugerente que nos traslada a otras épocas.

UNA SILLITA DESCALZADORA

Me han encargado la recuperación de esta sillita de castaño para poner en un dormitorio a modo de descalzadora, así que lo primero que haré será retirar las telas y el barniz de goma laca que se encuentra en muy mal estado, después encolaré bien las patas y cambiaré las cinchas y los rellenos, que por cierto debe de ser bastante antigua pues lleva relleno de muelles y estopa, y ya fue tapizada por segunda vez, la primera de color púrpura, aun quedan restos.

  Mi cliente me ha pedido que la barnice tirando al color cerezo, creo que un acabado en cera es más adecuado al tipo de mueble de factura tan artesana. Querían un tapizado discreto a rayas que fuera fácil de combinar, así que he escogido estas listas finas de chenilla y lino que además de finas resultan muy alegres y resaltan el color cerezo. La pasamanería es de algodón crudo que da  un acabado más auténtico que las típicas de rayón.

MESA DE COCINA CON SABOR A CAMPO

Con esta mesa de salón tengo intención de hacer una mesa de cocina muy campestre, estilo cottage.

El  sobre puede ser caoba (lo pone con un sello), ahora , el pie y el repecho que esconde el mecanismo para ampliarla es de haya a todas luces. La caoba es una madera de origen hondureño o antillano que se empleó mucho apartir del sXVIII para la fabricación de muebles de categoría. Tiene una veta muy cerrada y un  color muy característico , que se imita con frecuencia mediante el uso de anilinas. La caoba a diferencia de otras maderas europeas no es atacada por la carcoma, y el pie de esta mesa presenta bastantes agujeros. Así que lo primero que haré será retirar el barniz y desparasitarla.
  Como los muebles de la cocina van en blanco roto he elegido este color  para el pie y el repecho que esconde el mecanismo de apertura, el sobre de caoba lo dejo al natural, pero le aclaro un poco el tono con agua oxigenada y lo barnizo con poliuretano transparente satinado porque la cocina es una zona de mucho desgaste (también pienso encargar un cristal que lo proteja).

Las piezas metálicas de los pies se han pulido y protegido con un barniz específico para metales. Ahora sólo me falta encontar una sillas bonitas que la acompañen, pero eso será otro día.

UNA MESILLA SUELTA

Me han traído una  mesilla para cer si puedo hacer algo con ella, como es una pieza suelta nos da licencia para jugar con ella y hacer una pieza única, con carácter para colocar aislada en este caso en el rellano de una escalera.

Lo primero va a ser retirar las capas de pintura y mirar como se encuentra la madera que es castaño.
Creo que puede quedar bien pintada en blanco roto muy gastado y el sobre y las piezas talladas en madera con la veta blanca, el castaño tiene una veta muy marcada que se presta para este acabado. Por dentro la he forrado con un papel precioso que recuerda las porcelanas portuguesas, tanto me gusta que me he extendido a la puerta, espero que le guste a mi clienta, si me da su consentimiento le voy a craquelar esta zona y darle una ligera pátina para integrarla más en el conjunto del mueble.
A mi clienta le ha encantado la mesilla, pero le costaba meter el color azul con el resto de la decoración así que he cambiado el papel por ottro de tonos pardos también muy bonitos, y me ha dado su permiso para craquelarlo, este es el resultado, una mesilla absolutamente distinta a la originaria y con un carácter propio.