De nuevo por las aldeas, nos repetimos por tercera vez con otra mesísima.
Este modelo es similar al primero, la forma en las patas, la estructura y la misma greca hecha con un molde que deja la impronta al golpear la madera. Todo indica que salió del mismo taller.
El acabado estaba estropeadísimo y totalmente ennegrecido.
La estructura está impecable, sólo el acabado estropeado y algún ataque de carcoma en las traseras de los cajones y alguna pieza interior.
Empezamos retirando el acabado que salía con relativa facilidad al encontrarse muy seco. Después desparasitamos. Le di una mano de tinte para reavivar el tono. Una vez seco se protegió con un fondo nitrocelulósico y se acabó con cera natural y carbauba.
El sobre fue latoso, se encontraba muy estropeado y llevó tiempo eliminar minuciosamente las marcas de vasos, tinta y que se yo, pero al final el resultado mereció la pena.
Los cajones los forré con un papel que seguro que conocéis y que casi seguro volveréis a ver por motivos de gestión.
Los tiradores y bocallaves también se pusieron nuevos por motivos obvios. Fue complicado buscar un modelo que tapara las marcas de los anteriores, pero finalmente apareció.