Hace tiempo que buscaba una maleta de madera como esas que llevaban los emigrantes y al fin me he decidido por esta de madera . Parece que cada maleta cuenta una historia, lástima que la mía tenía casi desaparecidas las pegatinas de equipaje, así que tendré que hacerme con unas.
La madera es nogal y chapa de pino por dentro, así que me decanto por un acabado natural . Después de lijar voy a teñir con una mano suave de nogalina para unificar la madera envejecida y voy a terminar con cera. Los herrajes los he limpiado y les he dado una pátina de latón, también he añadido unas cantoneras y unas antiguas pegatinas de hotel. Por dentro la he forrado en papel haciendo pachtword en tonos muy cálidos.
Estas maletas evidentemente no son muy prácticas para viajar, pero merece la pena recuperarlas por su potencial decorativo, en grupos de dos o tres pueden servir de mesilla o mueble auxiliar, además de servir de almacenaje. Veamos este ejemplo de Victoria Pearson.