jueves, 28 de junio de 2012

MÁS APARADORES ANTIGUOS



Soy un desastre, tenéis que perdonar la porquería de fotos, pero se me olvido la cámara y he tenido que fotografiar con el móvil, que no es precisamente de los nueva generación. La semana que viene tengo que ir a poner un cierre e intentaré sacar unas fotos más decentes.



Este aparador es muy similar aunque algo más pequeño a otro que se hizo hace dos o tres meses. Cuenta con más de 80 años y salió del mismo taller que su compañero.
Las fotos de  la pieza entera no las encuentro, pero si tengo estos detalles del acabado. Le dieron hace unos años unos brochazos de barniz de poliuretano que hizo una extraña reacción con lo que ya tenía debajo y se fue cubriéndo de manchas negras.






Lo más trabajoso fué retirar el barniz, como era una capa muy, muy gruesa se empleó la cuchilla de ebanista y después lija fina.


Se trató la carcoma, y se recompuso alguna zona .
Una mano de tinte para reeavivar el tono,  esta vez como quedaban unos restillos blancos sopechosos no me atreví a terminarlo a la cera como me hubiera gustado, pues temía que quedaran velos de tapaporos o restos de barniz. Lo acabé con un barniz acrílico que parece cera, aunque al tacto se nota bien la diferencia.


Tiene unas tallas muy rústicas y bonitas, a mi recuerda un mueble de casita de gnomos.



Por dentro estaba muy feo y se forró con papel de florecillas azules, creo que muy a gusto de su propietario. Y los tiradores se cambiaron por que los originales eran horrorosos.

El mármol del sobre se encontraba muy sucio, se limpió , se pulió y se terminó con un polish específico.



El espejito de abajo quedaba muy escondido, pero para que no fuera menos que su compañero de meses anteriores, se sustituyó por un pequeño vitral. Le hice un dibujo bajo y en la parte alta simulé una especie de ventana de manera que para contemplarlo no fuera necesario agachar la cabeza.

jueves, 21 de junio de 2012

LAS MESILLAS DE LA ABUELA




Estas son las mesillas de una cama que hice allá por el mes de marzo,  y detrás vendrán  la cómoda y el armario.


    Son para el dormitorio de una señora mayor en una preciosa casa de piedra que se está rehabilitando.
Como podéis ver el acabado está muy estropeado y el sobre lleno de manchas. Pero lo peor son las puertas, cuya estructura se ha curvado excesivamente por efecto de la humedad. Este hecho me ha llevado a cambiarles el aspecto radicalmente prescindiendo de ellas y buscando un poco de ligereza en un mueble muy pesado visualmente.



Como siempre lo primero fué retirar el acabado y desparasitar el mueble. Despues se fueron tratando las manchas una a una hasta hacerlas desaparecer o disiparlas en el peor de los casos.



Se estucaron los agujerillos y se tiñó todo para unificar los tonos. En el caso de las patas nos encontramos que una está realizada en madera de castaño y otra en haya, así que existe una pequeña variación, pues el haya no es tan agradecido y sufre más ante el ataque de carcoma.
Las guías de los cajones se cortaron unos centímetros para que quedaran retranqueadas y ocultas, pues la idea era eliminar las puertas y forrar el interior para usar a modo de pequeño estante. El papel ya lo conocéis, pero esta vez si que se ha terminado el rollo.



Las cajas de las bisagras se cegaron con unas piezas de madera y se han mimetizado con el resto de la pieza.



Luego se ha terminado todo con goma laca a muñequilla y cera, y un poco de pátina en las molduras para resaltarlas.

Unos tiradores muy clásicos acaban la faena.


Tenéis que perdonarme que ultimamente ando desaparecida, ya os comenté que estoy enfrascada en un proyecto muy bonito que pronto os revelaré. La semana que viene os iré bombardeando con   los trabajos de este último mes, un abrazo fuerte a todos los que me leéis y a los que tenéis un blog prometo ponerme al día el fin semana.

Y hablando de fin semana os comento para los que tenéis ganas de fiesta que apartir de mañana la ciudad de Lugo retrocede más de 2000 años para volver al imperio romano, tres días divertidísimos donde día y noche se recrea otra época. Y nada que ver con los mercadillos medievales del verano, aquí se implican desde las pequeñas asociaciones vecinales, culturales.... hasta la administración, para los que os animéis os dejo el enlace.




viernes, 1 de junio de 2012

EL APARADOR DE MARY


Mi amiga Mary me trajo este aparador desde una aldea de Coruña, perteneció a sus padres y cuenta aproximadamente con 80 años. El cristal central teóricamente tenía que llevar las iniciales del matrimonio, pero se equivocaron y pusieron sólo las del padre.

e.


Es un mueble muy macizo, en castaño, y aunque se encuentra algo desencolado está muy bien construido. Sólo me llama la atención una chapa puesta a modo de parche en el centro del módulo inferior y que no le encuentro ningún sentido.





El sobre del aparador se forma de dos tablones  de castaño que han mermado con el tiempo y casi cabía un dedo. Aunque han combado ligeramente hacia el centro por los movimientos de la madera, los vamos a conservar por que llevan escrita la historia del mueble.  Eso si, levanté el de atrás para situarlo más arrimado al delantero y reducir la separación al mínimo, el error así se va  hacia la pared y después quedará  oculto por el cuerpo superior.



Lo que si sustituí fue la balda, la base y la tapa de cuerpo superior, por que no sólo estaban vencidos, sino que se encontraban tan frágiles que dificilmente podían cumplir su función.



Al retirar el acabado nos encontramos con una madera bastante sana y bonita, que no se había oscurecido demasiado a pesar de los años. La verdad es que se nota mucha diferencia de trabajar madera maciza a hacerlo con chapas.
Se trató la carcoma .
Luego le di una mano de tinte para reavivar el tono y la terminé con goma laca a muñequilla y cera.


Las trasera y los cajones se forraron con el famoso ya, papel de florecillas pequeñas, que dicho sea de paso se compró en origen para este mueble pero a final dió mucho de si.
Los tiradores mantuvimos los originales que eran preciosos, así que les dimos una limpieza a conciencia.

La chapa que no me convencía nada y estaba carcomida, se sustituyó por un cristal, le coloqué unos junquillos similares a los de la vitrina y creo que ha ganado bastante.


El interior también se forro para ganar luz y que resultara curioso.




El sobre también mejoró al juntar las tablas. Las manchas se eliminaron una a una procurando mantener la pátina. La madera estaba tan bonita que en la medida de lo posible no se metió la lija, retirando el viejo acabado con lana de acero y alcohol.

El espejo lo quería nuevo, además el original no es que estuviera picado ,con pátina , es que al limpiarlo se deshacía completamente.


Ahora sólo espero que haya quedado del gusto de mi amiga y que pronto lo pueda disfrutar en su comedor.